dimecres, 11 d’agost del 2010

De Inglaterra al mundo

Fuente: 

http://sullanus.blogspot.com/2009/03/de-inglaterra-al-mundo.html


Justo Barranco
La Vanguardia / Dinero / 1-III-2009
Gavin Weightman revive la expansión de la revolución industrial sin olvidar sus anécdotas
La familia que creó la multinacional Du Pont huyó de la guillotina a EE. UU. llevándose la química de Lavoisier
Los Cinco de Choshu escaparon del Japón shogún para aprender en Inglaterra cómo modernizar su país

LOS REVOLUCIONARIOS INDUSTRIALES, de Gavin Weightman.
Traducción de Álex López Lobo. Ariel, Barcelona, 2008. 454 páginas 

Aunque la revolución industrial se suele presentar como una historia del imparable progreso de la tecnología y la ciencia, detrás de cada innovación se encontraba toda una pléyade de personajes cuya inventiva acabó transformando el mundo -el término revolución industrial habría sido acuñado hacia 1820 por un francés que vio en los cambios una analogía con la Revolución Francesa-, otros que fueron capaces de vehicular sus creaciones y, además, unas culturas y una situación histórica determinada que favorecieron o entorpecieron el proceso de cambio.

El historiador social Gavin Weightman ha estudiado los orígenes de la sociedad moderna y es autor de libros como The frozen-water trade, en el que narra cómo Frederic Tudor se propuso a principios del XIX, cuando no había electricidad, aprovechar los gélidos inviernos de Massachusetts para exportar hielo desde Boston a países más cálidos, idea que pareció loca pero que logró un enorme éxito hasta la llegada de la nevera. Ahora regresa abordando un panorama mucho más amplio, el que expone en Los revolucionarios industriales,un relato de la extraordinaria propagación de la industrialización desde su origen a mediados del siglo XVIII en Inglaterra hasta principios del siglo XX, con la catástrofe de la Primera Guerra Mundial, cuando Gran Bretaña ya había cedido el testigo tecnológico a Alemania y EE. UU.

Y la historia que cuenta Weightman es portentosa: se trata de una historia global pero es capaz de incidir en el detalle, en cómo se produjo realmente la transmisión de la revolución industrial de un lugar a otro. No sólo a partir de la evidente necesidad de los Estados de industrializarse para competir en poder económico y militar - ahí estaba la inexpugnable Inglaterra frente a Napoleón-,sino viendo cómo se realizó ese proceso al nivel más básico, ya fuera camuflando máquinas en el barco como si fueran un cajón de cerámica, enviando espías a Inglaterra para copiar, sobornando a obreros industriales, destinando estudiantes a las universidades extranjeras o, incluso, recibiendo, gracias a conmociones políticas, a técnicos bien preparados. Baste una historia, la de la enorme multinacional química Du Pont, creada por la familia del mismo nombre tras huir de la guillotina. Ya en EE. UU. abrieron una fábrica de pólvora con sus conocimientos traídos de Francia, la mayoría del gran químico Antoine Lavoisier, que fue decapitado durante el reinado del Terror.

El libro recoge otras historias extraordinarias, siendo la más llamativa la de los Cinco de Choshu, cinco jóvenes de familia samurái que, impulsados por su admiración de las fantásticas flotas extranjeras que obligaron al Japón de los shogún a abrir sus puertos al comercio, salieron ilegalmente de su país para descubrir cómo establecer en Japón una sociedad tecnológica similar. A finales de la década de 1860 reformadores como ellos -que se harían tan famosos que hace poco se rodó una película sobre su historia- derrocaron el antiguo orden, repusieron al emperador y darían origen a la era Meiji (Regla iluminada). Unas décadas después infligirían una humillante derrota naval al gigante ruso.

Pese a las historias concretas, Weightman no deja de interrogarse por qué unas sociedades favorecen más que otras la industrialización. Aunque prefiere no mojarse, está clara su predilección por el argumento de que es la cultura la que lo determina, especialmente una cultura política abierta al cambio y, sobre todo, al abandono de las viejas prácticas.