dimarts, 18 de novembre del 2008

La hegemonía de Atenas (s. V a. de C.) y las guerras del Peloponeso (431 a 404 a. C.)

Fuente: Historia Universal de J. L. Asián


Liga de Delos

Atenas había terminado asumiendo la dirección de las Guerras Médicas y desde que Arístides organizó la Confederación de Delos, quedó convertida en ciudad jefe de la misma. Hizo trasladar el tesoro de la Liga de Delos a Atenas que pareció por algunos años la capital de un estado unificado y no tuvo inconveniente en obligar a someterse por la fuerza a los estados de la confederación que Intentaban abandonarla.

Esplendor de Atenas: el siglo de Pericles.

Atenas era la primera ciudad de Grecia, gracias a una superioridad que ninguna discutía, pero que muchas envidiaban. Espléndidamente reedificada, después del saqueo e incendio de que había sido objeto por las tropas de Jerjes, y con sus magníficos monumentos, llegó a ser la ciudad más rica y bella de todo el mundo griego.

Pericles, orador y hombre de estado, jefe del partido popular, fue durante veinte años el ídolo de Atenas y el arbitro de sus destinos.

  • Estableció nuevas colonias en Magna Grecia, Tracia y Calcídica.
  • El puerto de El Píreo fue transformado
  • y las naves atenienses mantenían un intenso comercio en todo el mar Mediterráneo.

El siglo en que vivió el gran hombre de estado ha sido llamado Siglo de Pericles, y durante él, llegaron en Atenas a su punto culminante, la organización de la democracia, la cultura y las artes.

Guerras del Peloponeso. (431 a 404 a. C.)

El antagonismo entre espartanos y atenienses era cada día mayor, y Esparta, aliada de Corinto y Tebas, y en posesión de un magnífico ejército, deseaba ardientemente la guerra que le permitiera acabar con el poderío ateniense y recobrar la hegemonía que había perdido desde las Guerras Médicas.

La ocasión la brindó una guerra local entre Corara y Corinto, que fueron respectivamente apoyadas por Atenas y Esparta, comenzando las Guerras del Peloponeso, que duraron 27 años (431 a 404) y fueron llamadas así porque casi todas las ciudades del Peloponeso, capitaneadas por Esparta, tomaron parte en ellas. Fue una lucha entre pueblos dorios y jonios, y apenas quedaron estados neutrales. Esparta no tuvo inconveniente en aceptar el interesado apoyo de los persas, que odiaban a los atenienses.


Guerra de los Diez años (431 a 421 a.C.)

En la primera fase, llamada, por su duración, Guerra de los Diez años, los espartanos

invadieron el Ática, y en Atenas, una epidemia de peste causó muchas víctimas, entre ellas Pericles. Fue substituido por Cleón, que en una de las derrotas perdió la vida.

Su sucesor Nicias ajustó la paz de su nombre (Paz de Nicias), que sólo fue una tregua de escasa duración.


Guerra de Sicilia (415 a 413 a. de C.)

La segunda fase fue la llamada Guerra de Sicilia, ya que tuvo lugar en esta isla, donde los atenienses, dirigidos por Alcibíades, nieto de Pericles, pusieron sitio a Siracusa, que no pudo ser conquistada. El ejército ateniense que se había adentrado en la isla fue aniquilado y los supervivientes vendidos como esclavos.

Alcibiades pertenecía a una antigua y noble familia ateniense. Fue hombre de gran atractivo yelocuencia, pero de conducta a veces poco moral. Despuntaba tanto en sus cualidades como en sus defectos, pero aceptó con gran entusiasmo la idea de llevar a Sicilia la guerra contra los espartanos.


Guerra de Decelia (413 a 404 a. C.)

El desastre sufrido animó a los espartanos a ocupar la fortaleza de "Decelia (año 413) próxima a Atenas, cuando ya disponían, gracias al "oro de los persas, de una escuadra.

En esta tercera fase o Guerra de Decelia, la mayor parte de las ciudades aliadas de Atenas se rebelaron contra ella, y la escuadra ateniense quedó deshecha en Egos Potamos (405).

Atenas fue sitiada, capituló bajo durísimas condiciones y quedó sometida a Esparta (404). Aunque más tarde volvió a recobrar su libertad, nunca más recobró su antiguo poderío.


La hegemonía de Esparta (hasta 397 a. C)

Terminadas las guerras del Peloponeso, quedó Esparta ocupando el primer puesto entre las ciudades griegas, pero su hegemonía fue más dura que lo había sido la de Atenas.

Esparta se mezcló en la vida interior de las ciudades, intentando excluir a los demócratas de las funciones de gobierno, para encomendarlas al partido oligárquico.

Esta época de apogeo espartano está caracterizada por una expedición enviada a Persia para prestar apoyo a Ciro el Joven, que se había rebelado contra su hermano el rey Artajerjes. Éste obtuvo la victoria y los espartanos, dirigidos por Jenofonte, se vieron obligados a hacer la famosa Retirada de los Diez Mil (401 a. C.), perseguidos de cerca por los enemigos. El mismo Jenofonte escribió (Anábasis) la historia de estos sucesos.


Los persas contra Espartae Esparta (hasta 397 a. C)

Entonces los persas vieron al enemigo en Esparta y le declararon la guerra, fomentando al mismo tiempo contra ella las sublevaciones de las ciudades griegas descontentas de su hegemonía.

El rey espartano Agesilao pudo vencer con su aguerrido ejército a los sublevados del interior, pero su escuadra fue derrotada por la persa, que iba mandada por el ateniense Conón.

Antes de perder la supremacía, los espartanos, prefirieron pactar con los persas, tradicionales enemigos de Grecia (Paz de Antálcidas, 397 a. C.) a quienes entregaron las colonias de Asia Menor, a cambio de su protección.

La hegemonía de Tebas (371-361 a. C)

Varias ciudades griegas formaron una liga, a cuya cabeza se puso Atenas. Con su ayuda, los generales tebanos Pelópidas y Epaminondas "arrojaron a los espartanos de Tebas (371 a. C) y la hegemonía de esta ciudad substituyó a la de Esparta.

Decadencia de Grecia

Sólo diez años duró la hegemonía de Tebas y tras ella renacieron en Grecia las frecuentes y asoladoras luchas, que fueron lentamente debilitando a todas y cada una de sus ciudades, sin que ninguna de ellas hubiera llegado a ser lo suficientemente fuerte para dominar a las restantes y hacer la unificación política del país. Ésta fue impuesta, en la segunda mitad del siglo IV, por los macedonios.